En julio tuvimos la boda de Alberto y Ana, una pareja muy simpática y campechana de Parla, Madrid. Cada uno decidiío prepararse para el gran día en casa de los padres de cada uno y tanto la ceremonia, al aire libre en una carpa, como el banquete tuvo lugar en las Fincas Solimpar de Leganés, un recinto ajardinado y preparado para numerosos eventos.
Hacer el reportaje de una boda es cansado, no paras en todo el día. Tienes que pensar que objetivos te harán falta que clase de fotos vas a hacer, con cuanta luz contarás para ellas... un montón de factores que influyen a la hora del trabajo final y de, lo que más nos importa a los fotográfos, la felicidad del cliente, en este caso uno de los días más importantes para una pareja, su boda.
Los nervios (los de verdad) de ese día empiezan desde que la novia o el novio se levantan. El caso de la chica es algo más engorroso, peluquería, maquillaje, granito o calentura de última hora, mechón o moño que el mismo día no termina de gustar... porque no nos engañemos, la novia, en este día, es la total protagonista, en ella se fijarán todos. En este caso, Ana decidió solo hacerse fotos de la preparación del vestido y la salida hacia la Finca. Otras veces el momento del maquillaje o peluquería también entran en el reportaje. Fue fácil el trato, gente con una personalidad muy humilde y simpática siempre es de agradecer. Esto no quiere decir que si no están de acuerdo con alguna foto, edición o resultado no tengan que decirlo... el cliente manda, aunque yo intento que esa palabra, cliente, pase a un término más familiar. Si no confían en ti o no están a gusto contigo, en las fotos se refleja esa, llamémosle, frialdad. La familia me trató genial, tanto en las casa como durante toda la boda, a mi y a mi compañero ese día, Nano Zamora, que fue el que se encargó de la parte del novio, y se de buena fe que se lo pasó genial.
Y llega la hora de irse a la ceremonia, coger el coche, llegar bien y colocarse para la entrada de la novia. Un momento de estrés que se pasa rápido.
La entrada de Ana, las emociones que empiezan a aflorar, las expresiones de los novios cuando se ven, la carpa con los invitados, los anillos, el beso... todos hay que pillarlo con la cámara y
sin que se note nuestra presencia. No te da tiempo casi ni a revisar las fotos, pero estamos contentos con el resultado y, lo que es más importante, Alberto y Ana también lo estuvieron. La
ceremonia fue muy emotiva gracias a los discursos de los invitados y los lloros estuvieron presentes durante todo el tiempo. Muy emocionante.
No hubo tiempo de hacer fotos como marido y mujer, asi que quedamos otro día para hacerles una postboda, pero si hubo fotos del cocktel, las típicas fotos en grupo, entrada al salón, brindis... es el momento en que nosotros hacemos un descanso para descansar. A la gente no le gusta ser fotografiada comiendo. Aunque no estamos todo el banquete ausente, ya que la entrega de regalos, flores o las cosas que los novios tengan planeado hacer te lo cuentan antes y tienes que organizarte. Tarta, entrega de regalos, videos... y por fin el baile, que no fue muy habitual. Se hizo un "flashmob" entre los novios y algunos invitados y además de original estuvo muy bien. Claro, eso no lo sabíamos nadie así que ahí estás tu moviéndote como puedes y colocandote en el mejor sitio sin tiempo porque no sabes lo que pasa. Siempre hay pruebas que suparar.
Y este fue el resultado
* Fotos Boda Alberto & Ana Tania
Delgado
* Fotos Boda Alberto & Ana Nano Zamora
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