Guía Detallada: Cómo Realizar una Correcta Medición y Exposición en Tus Fotografías

El dominio de la luz es lo que te definirá como fotógrafo y el modo de medirla es lo que te convertirá en maestro.
Si la luz en la escena no está correctamente medida, la exposición no será la correcta y por lo tanto, la calidad de la fotografía se verá afectada haciendo que todas las técnicas y trucos que hayas aplicado hayan sido en vano.

Antes de aprender cómo hacer para medir correctamente la luz, verás porque es tan importante hacerlo: realizar una correcta exposición.

En el artículo de hoy intentaré echar luz sobre algunos temas que suelen asustar a la mayoría de los fotógrafos que se están iniciando en el maravilloso mundo de la fotografía, pero que no pueden dejar de conocer si lo que quieren es lograr excelentes fotografías.

Ponte cómodo, acerca tu cámara y sigue leyendo.

 

Rango Dinámico

Antes de comenzar a ver cómo es que se mide la luz de una escena para lograr una correcta exposición, es necesario que entiendas que es el rango dinámico y porque es tan importante a la hora de lograr una correcta exposición:

El rango dinámico mide la cantidad de tonos claros y oscuros que tu cámara es capaz de capturar en una misma fotografía, es decir, es la capacidad que tiene la cámara para obtener detalles en ambas zonas de una fotografía, las luces y las sombras. El rango dinámico establece la cantidad de matices tonales que tu cámara es capaz de capturar.

Presta atención a la siguiente fotografía: en ella conviven dos situaciones opuestas, una zona muy clara y la otra muy oscura. Este tipo de situaciones son imposibles de resolver por las cámaras digitales por lo que no serán capaces de ofrecerte detalle en ambas zonas al mismo tiempo debido a que su rango dinámico, no es lo suficientemente amplio. No tendrás otra alternativa que inclinarte por obtener detalle en una zona o en la otra: detalles en las sombras y luces quemadas o detalle en las luces y sombras muy oscuras.

 

Cuanto mayor sea el rango dinámico de tu cámara mayores detalles será capaz de capturar y por ende mejor será la calidad de las fotografías finales, eso sí, siempre y cuando realices una correcta medición y exposición de la escena para aprovechar todo su potencial. No te preocupes! Sigue leyendo y aprenderás cómo hacerlo!

 

Exposición

Exponer es la acción mediante la cual permites que una determinada escena se imprima, es decir sea capturada por un material sensible. En la fotografía analógica, el material sensible es la película y en la fotografía digital, el sensor.

Al contrario de lo que pueda parecerte, la exposición no es el tiempo que la fotografía se expone a la luz: el tiempo es solo una de las tres variables controlan la entrada de luz al plano focal (sensor) para lograr una correcta exposición:

 

1. Sensibilidad ISO: indica la cantidad de luz necesaria para poder tomar una fotografía: cuanta mayor luz haya en la escena, menor será el valor ISO necesario y viceversa. En la fotografía analógica para cambiar la sensibilidad ISO había que cambiar de película, pero en la era digital, es posible ajustarla desde el menú.

Tal como te comente en el artículo “24 formas de conseguir fotos super nítidas”, si elevas demasiado la sensibilidad ISO, tus fotografías tendrán mayor ruido, menor nitidez y por lo tanto menor calidad. Utiliza valores ISO altos solo cuando no te quede otra alternativa, es decir, cuando no puedas lograr una correcta exposición compensando la “falta de luz” producto de utilizar un ISO bajo mediante las otras dos variables: disminuyendo la velocidad de obturación o abriendo el diafragma.

 

2. Apertura de diafragma: el diafragma es un dispositivo que se encuentra dentro del objetivo de tu cámara y que permite controlar la cantidad de luz que llega al plano focal (sensor), junto con la velocidad de obturación, y al mismo tiempo, regular la profundidad de campo de la fotografía, es decir, que saldrá en foco y que no.

Cuanto más cierres el diafragma (f/16), mayor profundidad de campo obtendrás en tus fotografías (mayor nitidez) pero menor luz llegada hasta el sensor, debiendo compensar la falta de esta o aumentando la sensibilidad ISO o bien disminuyendo la velocidad de obturación. Cuanto más lo abras (f/1,8), menor será la profundidad de campo (mayor desenfoque o bokeh) y más luz llegará al sensor, pudiendo utilizar valores ISO más bajos y velocidades de obturación más lentas.

 

3. Velocidad de obturación: es el tiempo que el obturador permanece abierto permitiendo que la luz llegue hasta el sensor. Cuanto mayor sea la velocidad de obturación (1/1000), menor será la luz que llegue al sensor, y cuanto menor sea la velocidad (1”), mayor será la luz que logre atravesar el obturador.

Ajustando la velocidad de obturación no solo lograras fotografías más claras o más oscuras, sino que además podrás trasmitir la sensación de movimiento utilizando velocidades muy lentas o bien mediante velocidades muy rápidas, serás capaz de congelar completamente una escena.

¿Cómo logras equilibrar las 3 variables de la exposición?

Una excelente herramienta que te ayudara a lograr fotografías correctamente expuestas es la llamada “reciprocidad” que no es más ni menos que una regla con la cual obtendrás una misma exposición (fotografía) con distintas combinaciones de velocidad, apertura y sensibilidad ISO. No, no entres en pánico aun! Aquí te la explico:

Ley de Reciprocidad: las 3 variables para lograr una correcta exposición no tienen una combinación única, sino que puedes ajustar cada una de estas de modo diferente y lograr exactamente la misma exposición.

Observa la siguiente imagen: en la misma podrás ver distintas combinaciones de apertura de diafragma y velocidad de obturación que darán como resultado una misma exposición, es decir, la misma fotografía ni más ni menos expuesta, igual.

Una forma muy sencilla de obtener la misma exposición con distintas combinaciones de ISO, velocidad y diafragma es haciendo “dobles y mitades”. ¿Qué quiere decir esto? Es muy sencillo presta atención:

Si dejas la apertura del diafragma fija, puedes obtener una misma exposición modificando tanto la sensibilidad ISO y la velocidad de obturación de la siguiente manera:

 

ISO y Velocidad de Obturación

 

La exposición en todos los casos será la misma: si duplicas la sensibilidad ISO, para lograr la misma exposición podrás aumentar la velocidad al doble y aun conservar la misma exposición en tu fotografía.

 

Lo mismo ocurre si fijas la sensibilidad ISO y modificas la velocidad y la abertura del diafragma:

 

Apertura y Velocidad de Obturación

 

En todas las combinaciones obtendrás, nuevamente, la misma exposición. Fíjate que esta vez la relación entre ambas es inversa: al cerrar el diafragma deberás de disminuir la velocidad de modo de lograr compensar la entrada de luz al sensor.

 

La última relación que queda por ver es fijando la velocidad de obturación, obtener la misma exposición modificando la sensibilidad ISO y la abertura del diafragma, para obtener la misma fotografía final.

 

Apertura e ISO

 

La ley de reciprocidad es extremadamente útil: con ella podrás ajustar los parámetros de la toma a realizar de una manera más consiente y controlada sacándole el máximo provecho al poder de tu cámara.

 

La clave para que puedas entender a la perfección como funciona es tomando tu cámara y haciendo tú mismo las pruebas con cualquier objeto que tengas a mano. Toma cualquier de los ejemplos que te comente anteriormente y ponte a sacar fotos.

 

¿Cuándo una fotografía está correctamente expuesta?

Una fotografía está correctamente expuesta cuando el sensor es capaz de capturar la mayor cantidad de información (luz) y tonos (rango dinámico) que su capacidad le permite. Imagínate que tienes una cámara capaz de tomar fotos en una resolución de 18 mega pixeles, pero tú disparas solo en 8: estarías desperdiciando el potencial de tu cámara para trabajar con mejores resoluciones.

Lo mismo ocurre con la luz: si tu cámara es capaz de capturar mucha más luz de la que tú, ajustando las 3 variables de la exposición le permites, estarás desperdiciando muchísima información que el sensor es capaz de capturar, pero que tu estas dejando afuera.

La fotografía del medio está correctamente expuesta, quizás no sea el resultado final que quieres para la misma, pero se logró aprovechar casi la totalidad de la capacidad del sensor para registrar luz, es decir, se aprovechó al máximo su rango dinámico. Una vez hayas logrado una correcta exposición, podrás editarla* en el ordenador sin perder calidad.

 

Si sobre o sub expones tus fotografías, estarás sacrificando muchísima información valiosa, que no podrás recuperar luego mediante la edición, por lo que si una vez en el ordenador quieres “aclarar” o “oscurecer” las fotografías, les restaras mucha calidad ya que el ordenador tendrá que “inventar” información donde no la hay.

 

*editar es solo ajustar ciertos parámetros como la exposición, la luminancia y las sombras en el ordenador a diferencia del retoque en donde se modifica directamente la escena alterando la misma.

 

Lograr una correcta exposición te será más fácil si aprovechas las siguientes herramientas que tienes al alcance de tus dedos (en tu cámara):

 

• Exposímetro: es el encargado de medir la “cantidad de luz” necesaria para que una fotografía salga expuesta de manera correcta. Una vez recibe la luz reflejada por todos los elementos de la escena, calcula un valor promedio de los todos los tonos, claros y oscuros, y ajusta los valores de velocidad, apertura y sensibilidad ISO para poder obtener una fotografía correctamente expuesta (esto no es tan así pero lo entenderás luego).

 

En los modos automáticos o semi automáticos resulta fundamental ya que es la cámara quien decide cuales son los parámetros de exposición correctos para cada toma, en cambio sí disparas en modo manual, podrás utilizarlo para medir la luz de la escena y ajustar estos parámetros tú mismo.

 

Su uso es muy sencillo: mediante el signo “+” o “-“ te indicara si la escena se encuentra sobre o sub expuesta respectivamente.

 

• Histograma: es un gráfico que muestra cómo están distribuidos todos los tonos de una fotografía, ya sean grises o no (colores RGB: azul, rojo y verde) de acuerdo al rango dinámico que es capaz de captar tu cámara.

 

En este podrás observar que cantidad de pixeles claros, medios y oscuros hay en tus fotografías, es decir, como está expuesta la misma. Una fotografía está correctamente expuesta cuando se aprovecha al máximo la capacidad de su sensor para captar tonos y esto es cuando, no solo no quedan partes fuera del rango que es capaz de captar tu cámara, sino que también cuando el histograma esta lo más “derecheado” posible, es decir, lo más pegado al borde derecho posible.

 

En la era digital de la fotografía, cuantos más tonos claros logres capturar (histograma más orientado a la derecha posible) menor pérdida de calidad sufrirán tus fotografías, incluso luego de la edición.

Consulta el manual de tu cámara para conocer cómo visualizar el histograma una vez tomadas tus fotografías, o bien, si es que tu cámara lo permite, visualizarlo en vivo a través de la pantalla o “live view” al momento de realizar tus tomas.

Paso a paso para una correcta exposición:

Para una exposición correcta

Si bien cada fotógrafo tiene su método para lograr una exposición correcta, es probable que al principio te sientas un poco perdido y no sepas por donde comenzar. Es normal que te sientas un poco abrumado, nadie nació sabiendo. A continuación te dejo un paso a paso para que puedas utilizarlo como guía hasta que te vuelvas un maestro en ello:

  1. Selecciona el modo de tu cámara en Manual.
  2. En el menú de tu cámara selecciona el área de medición de la luz en puntual.
  3. Ajusta el valor ISO de acuerdo a como tu cámara procese el ruido y a tu tolerancia a este.
  4. Ajusta el diafragma o la velocidad de obturación de acuerdo al tipo de fotografía que quieras lograr: dinámica o estática. Si vas a fotografiar un paisaje, ajusta el diafragma de modo de obtener mayor profundidad de campo y que la foto salga lo más nítida y en foco posible.
  5. Para ajustar el valor de exposición que te falte, debes realizar una medición del tono más claro de la escena.
  6. Una vez tomada tu fotografía, échale un vistazo a como ha quedado en la pantalla de tu cámara pero en el modo “histograma”. En este podrás ver cómo han quedado los todos claros y oscuros distribuidos en tu fotografía.

¿Por qué no utilizar los modos predefinidos por tu cámara?

Todas las cámaras de fotos vienen equipadas con lo que se conoce como “fotómetro”, que es el encargado de “medir la cantidad de luz” en las escenas que vas a fotografiar. Este fotómetro capta la luz que es reflejada por los objetos hacia la cámara y mide su intensidad de modo de ajustar automáticamente la exposición para la toma, si utilizas los modos predefinidos.

El problema comienza aquí: dicho fotómetro esta calibrado para capturar la luz de una escena como si todos los objetos de esta fueran “GRIS MEDIO”, que es algo así como un promedio entre los tonos claros y oscuros que pueden presentarse en una escena.

Más allá que el exposímetro de tu cámara te indique que la exposición es la correcta puede que, en situaciones muy claras o muy oscuras, te indique que la fotografía este sobre o sub expuesta cuando en realidad no lo está.

Otro problema aun mayor que el anterior es que, el fotómetro de tu cámara al tomar todos los colores como gris neutro, tiende a centrar la posición del histograma, desperdiciando así mucha información y no utilizando el máximo potencial de tu cámara.

Intenta fotografiar una hoja blanca en un modo automático o semiautomático y veras que esta sale más bien gris en vez de blanca. Esto solo podrás corregirlo, o bien con posproducción pero le bajaras la calidad a la imagen, o bien realizando una correcta exposición en modo manual.

Las líneas punteadas de la imagen anterior marcan en el histograma la capacidad del sensor (rango dinámico) que ha sido desaprovechada por no realizar una exposición que pueda aprovechar toda la capacidad de este para captar tonos en una escena.

De todos modos, si cuentas con una cámara compacta digital donde puedes visualizar en la pantalla como quedara exactamente la fotografía antes de realizar la toma, la diferencia entre las mediciones de los modos automáticos y la que puedas llegar a realizar tú en el moco manual serán muy similares. Solo en ciertos casos lograras mejorar la medición que realiza la cámara tú mismo, de hecho, en muchas cámaras de este tipo, no es posible ajustar los parámetros de exposición manualmente.

 

Primero medir, luego exponer

La clave para lograr una correcta exposición es, realizar una buena medición de la cantidad de luz en la escena y una vez hecho esto, exponer para los tonos más claros. ¿Qué quiere decir esto? Sigue leyendo y lo entenderás.

 

Medición

La medición es, como su nombre lo indica, el proceso que debes llevar a cabo para medir la “cantidad de luz” que tiene una determinada escena de modo de poder lograr una correcta exposición, es decir que no quede sobre expuesta (quemada) o subexpuesta (oscura).

Esto quiere decir que, siempre que te dispones a tomar una fotografía, debes de medir la cantidad de luz que es reflejada por los objetos para poder ajustar los parámetros para una correcta exposición: apertura del diafragma, velocidad de obturación y sensibilidad ISO y lograr así, aprovechar al máximo el rango dinámico de tu cámara y por ende maximizar el potencial de esta para captar información.

No ajustar correctamente los parámetros significará tener que forzar posteriormente en el procesado con una consecuente pérdida de calidad o incluso una irreparable pérdida de datos:

  • Si tu foto ha quedado subexpuesta, cuando en el ordenador intentes “aclararla” generaras ruido, bajando la calidad de la imagen. En el histograma veras que hay una gran proporción de información que ha quedado fuera de lo que tu cámara es capaz de capturar (su rango dinámico). Hay una gran porción de datos que hay quedado fuera de la exposición, perdiendo detalles en los tonos oscuros.

Si tu foto te ha quedado sobreexpuesta, es decir que has perdido detalle en los tonos más claros, y luego intentas corregirla en el post procesado, el ordenador deberá de inventar información donde no la hay ya que los pixeles, quedaron totalmente blancos, perdiendo nuevamente calidad. El histograma quedara más orientado hacia la derecha y una gran proporción de datos que tu cámara hubiera podido aprovechar, han quedado fuera de la exposición. Esto es conocido como “área quemada”, es decir sin detalle en los blancos.

¿Cómo me mide la luz:?

  • Con el exposímetro de la cámara: es el método más común y utilizado por la mayoría de los fotógrafos sean conscientes de ello o no. Aunque no lo notes el fotómetro de tu cámara está constantemente calculando la cantidad de luz de la escena que es reflejada hacia el sensor de modo de proporcionarte información para que puedas ajustar la exposición de la toma o bien para ajustarla automáticamente si es que disparas en modos automáticos o semi automáticos. Recuerda que el exposímetro de tu cámara esta calibrado para un “gris neutro” por lo que no te brindara la mejor exposición posible de lograr en una toma.

Con un fotómetro de mano (incidente o reflejada): los fotómetros de mano son utilizados por los fotógrafos profesionales, en su mayoría, para medir tanto la luz que incide en un determinado objeto como así también la que este refleja hacia la cámara. Trabajar con ellos supone mayor tiempo disponible para planear la escena, medir las luces de toda la escena y promediar las mediciones más claras y más oscuras de modo de obtener una exposición correcta en ambos tonos.

Modos de medición de la luz

Como ya te habrás dado cuenta, la mejor forma de aprovechar todo el potencial que tienes en tus manos (tu cámara) y en tus ojos (tú mismo) debes de medir la luz en tus fotografías tú mismo.

No importa cuán moderna sea tu cámara, todas tienen el mismo inconveniente a la hora de utilizar los modos automáticos: no pueden adivinar cuál es el modo más adecuado para la fotografía que quieres tomar, eso lo debes hacer tu mismo.

Tu cámara trae distintos modos para poder realizar la medición de la luz en una escena, pero como anteriormente Mario publicó el artículo “Ejemplos de modos de medición de luz en fotografía” en donde explica cómo y cuándo utilizar cada uno de estos modos, te recomiendo que antes de salir a practicar le eches un vistazo.

A modo de resumen aquí te explico brevemente cada uno de ellos:

  • Medición matricial o evaluativa: mide la luz de toda la escena en su conjunto e intenta lograr una exposición para todos los tonos presentes en ella.
  • Medición evaluativa parcial: funciona de la misma manera que la matricial, pero en este caso la medición de la luz solo se realiza en la zona central de la fotografía.
  • Medición puntual: este es el modo que más te recomiendo utilizar ya que con el, como solo utiliza un punto que suele ser el central (en algunas cámaras puedes modificarlo a tu gusto) para medir la luz, podrás realizar las mediciones tú mismo de acuerdo a los tonos que quieras o no resaltar en tus fotografías.

¿Cómo llevarla a cabo?

Como te dije anteriormente, hay muchas situaciones en las que el fotómetro de tu cámara te indicará que la fotografía está correctamente expuesta cuando en realidad no lo está (recuerda el ejemplo de la hoja en blanco anterior).

La clave para realizar una buena medición es “exponer para los tonos más claros” es decir, medir la cantidad de luz de la zona más clara en la escena a fotografiar y ajustar los valores de exposición para que esa zona salga lo más clara posible (más a la derecha del histograma): si el tono más claro de la escena no se sobreexpone, es decir no queda quemado, te aseguraras que todos los tonos más oscuros que este quedaran con detalle, aprovechando al máximo el rango dinámico.

Te estarás preguntando: ¿Cómo lo hago si no puedo confiar en el exposímetro de la cámara? Es cierto que no puedes confiar siempre en el indicador de exposición de tu cámara ya que como vimos anteriormente, no aprovecha al máximo la capacidad de tu sensor y puede que te indique que hay sobre o sub exposición cuando en realidad no la hay.

 

Lo que debes de conocer es el límite de sobre exposición de tu cámara: realiza varias pruebas fotografiando objetos muy claros de modo de conocer hasta donde tu cámara es capaz de captar detalle en los tonos más claros. No importa que tu cámara te indique que la fotografía saldrá sobre expuesta ya que cuando observes el histograma notaras que no ha quedado área por fuera del gráfico. Una vez que conozcas hasta dónde eres capaz de sobreexponer sin perder detalle, estarás listo para realizar las mediciones en tus fotografías.

Puedes valerte tanto del histograma, como así también del modo “zonas destacadas” al momento de revisar la fotografía. Este modo te mostrara tu foto en la pantalla de tu cámara y te indicará que áreas han quedado “quemadas” mediante un parpadeo. Intenta minimizar estas zonas.

 

Ahora sí: el Paso a paso

  1. Ajusta tu cámara en modo de disparo manual.
  2. Configura el modo de medición de la luz en el modo “puntual”.
  3. Busca el tono más claro en toda la escena que te dispones a fotografiar.
  4. Realiza la medición de tu fotografía en ese punto.
  5. Configura los parámetros de la exposición de acuerdo a cuál es la estética que quieres darle a tu fotografía, siempre intentando mantener la sensibilidad ISO en el valor lo más bajo posible de modo de no perder calidad producto del ruido.
  6. Realiza el disparo y captura la foto.

La medición se ha realizado de modo puntal en las franjas blancas de la remera del pequeño niño (1).

De esta manera habrás logrado mantener al máximo el nivel de información en cada una de tus fotografías. Si aún no estas conforme con el resultado, puedes, en el procesado, oscurecerla hasta obtener la fotografía deseada pero minimizando la pérdida de calidad.

Por si no te ha quedado claro al leerlo, puedes ver el siguiente vídeo, uno de los tantos que podrás encontrar en internet, donde explican como realizar una correcta medición de una manera sencilla y sintética:

El artículo de hoy puede parecerte más complicado de lo que realmente es. La clave para poder entenderlo bien es tener tu cámara a mano e ir realizando las pruebas tú mismo. La paciencia será tu mejor aliado y si tienes alguna duda, no dudes de compartirla en los comentarios.

 

Fuente: www.blogdelfotografo.com

Autor: Laio Atamian

 

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